Un estudio clandestino de los bioterroristas desatará el Apocalipsis Z

SINOPSIS

Un grupo de militares altamente cualificados ha sido llamado para aclarar y solucionar un sospechoso caso de bioterrorismo en Afganistán. Sus pasos llegarán hasta una ciudad del país, Qandahar, en la cual se vieron los terroristas por última vez. Sería sencillo. Entrar, sacar a los terroristas y destapar toda la trama; pero a sus espaldas el ser humano está siendo sacudido por el peor captor jamás pensado: el propio ser humano, sediento de carne humana con vida.

(III) PARTE I: Contacto

INTERIOR DE LA URO MT-149-AT, CAMIONETA DEL EJÉRCITO-De camino a Qandahar. Sur de Kabul (Afganistán). 21.14 horas.

Las camionetas eran las URO MT-149-AT, unos vehículos del ejército de tierra, de origen español. En éstos cabían hasta 10 personas más los conductores. Tenían una cabina reforzada y una especie de carpa cubierta con una tela donde se encontraban los soldados. Las ruedas eran muy resistentes, y estaban hechas para poder circular sobre tierra, en especial sobre tierra del desierto.

A pesar de ser un vehículo muy seguro y amortiguado, daba verdaderos saltos cada vez que las ruedas atravesaban un montículo de arena, aunque en cuestión de segundos todo volvía a la normalidad. En el coche número 1 iban Lucas y Michael, en el número 2 iba Orlando. Michael a pesar de su corta edad, conoció a Lucas el año pasado, en 2008, en una misión de paz en Irak. Era el primer viaje del joven y Lucas estuvo ahí para tranquilizarle y guiarle en los malos momentos. Se habían hecho amigos de verdad, y desde ese momento no perdieron el contacto; incluso Michael invitó a Lucas y su familia a Nueva York, a su casa. Allí, Lucas conoció a Layla, una mujer norteamericana de color, que era novia del soldado desde hacía un año. Después de esa visita, las cosas empeoraron entre Layla y Michael hasta el punto de que su relación acabó. Hasta eso era lo último que conocía Lucas.

-¡Ey, tío!, ¿qué tal va todo con Layla?-le preguntó Lucas al estadounidense, aprovechando que estaba de buen humor.

-¡Ah, es cierto, colega!-le dijo, entusiasmado-. Lo mío con Layla ha vuelto a su cauce-le dijo riendo-. Desde la última vez que hablamos las cosas habían acabado; pero hace dos meses volvimos y ahora estamos mejor que nunca. Con decirte que nos vamos a casar.

-¡Enhorabuena!

-Gracias. Y además, hay otra noticia: Layla está embarazada, así que ya no vas a ser el único que tenga un retoño en su casa del que presumir-al decir esto, a Michael se le iluminó la cara al completo, sus ojos demostraban felicidad y ganas de vivir.

Por cosas como ésta, Lucas muchas veces se había planteado dejar el ejército. Son muchos los sentimientos que se viven a la vez en una misión, y todos son malos. La suerte que él tuvo fue que nunca, durante los nueve meses de embarazo de su mujer, fue llamado para una misión, pero sí después del nacimiento de su pequeña. Irte del mundo sin poder ver crecer a tu hija era algo muy doloroso, pero más era irte del mundo sin poder verla si quiera nacer. Lucas miró a su amigo, y con una sonrisa le dio unas palmadas en la espalda.

De repente, el vehículo paró en seco. Como ocurre normalmente, en un frenazo brusco los cuerpos tienden a tambalearse hacia algún lado. Tras la fuerte acometida, los soldados empezaron a preguntar qué demonios había pasado. Llevaban unos diez minutos circulando, y llegar a Qandahar les llevaría una media hora. Estuvieron sin saber nada en cinco minutos, y eso empezó a sacar de sus papeles a los soldados. Pero en un momento dado, la puerta de la cabina se abrió y un enfermero ayudó a subir a un niño de unos doce años de edad. Por su cara parecía cansado, muy débil, y estaba bastante pálido.

-Le encontramos tirado en el camino. No ha respondido a ningún nombre, pero le llevaremos en cuanto podamos a un centro médico. Por el momento se queda con nosotros-dijo el enfermero.
Lucas le miró mientras el profesional le auscultaba. Por sus rasgos parecía ser musulmán. De repente, sin previo aviso, el niño empezó a tener convulsiones, tan fuerte que la cabina empezó a tambalearse. En ese momento, unos cuantos soldados se levantaron para ayudar al enfermero con el enfermo. Pero de repente, una lluvia de sangre salió disparada de la boca del joven, y fue a parar principalmente a la cara del enfermero y de los soldados que estaban más cercanos. Seguido de eso, el joven frenó sus abatidas. Todos estaban muy nerviosos. El enfermero se secó la sangre y tomó el pulso al niño. Estaba muerto… Cogieron unas mantas y le taparon, para que el viaje, dentro de lo terrible que estaba siendo, fuera lo menos posible. Los que habían sido salpicados se secaron la sangre, y esperaron a que el enfermero les dijera algo.

-No creo que haya de qué preocuparse. Tenía toda la pinta de una hemorragia interna debido a mucho tiempo sin líquidos. De todas formas, todos los que aquí estamos, y principalmente, los que nos hemos salpicado, pasaremos por un control médico nada más llegar al centro.

Tras las palabras del enfermero, se hizo el silencio de nuevo. Todos estaban algo aturdidos por lo que había pasado, y sobre todo debido a que era un niño, lo cual entristecía más. En países subdesarrollados, como era el caso de Afganistán, los niños y los ancianos eran los principales afectados de las enfermedades, la pobreza, el hambre y las guerras.

Pasaron unos veinticinco minutos desde el incidente, y en el coche número 1 no se había abierto la boca. En el coche número 2 estaban confusos, pues llegaba algo de información, pero poco coherente. Cuando por fin el vehículo paró, habían llegado a su destino: las afueras de Qandahar.

Continúa...

1 comentarios:

Norber dijo...

Sigue así, esta muy bien la história, espero que sigas con ello.

Desde Los Reanimados,

http://losreanimados.blogspot.com

Un saludo!

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A los fans del género, en especial, y a todos en general...

Espero que os esté agradando la novela. Me entretiene mucho escribir, y creo que la mejor manera de ver si a uno se le da bien es haciendolo. Por ello, aquí os he puesto a vuestra disposición mi primera novela de terror, donde plasmo mi verdadera satisfacción por los zombies.
La valoración de público es lo más importante a la hora de sacar adelante un proyecto, así que lo dejo en vuestras manos. Espero que colaboreis.

Atentamente, Fer.


Un pequeño GRAN empujón...

Desde Amanecer Zombie, NEO ha tenido la grandiosa idea de hacer una entrada donde incluye a autores independientes, como mi caso y otros amigos (Plaguelanders, es un claro ejemplo), denominado "Especial Relatos Zombies V 1.0". No lo dudéis, entrar y conocer otras historias. Es una ayuda muy importante, una iniciativa que se valora pero mucho.

¡¡Gracias!!

"Sin palabras"

Un estudioso, es más, un profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, el Dr. Steven C. Schlozman de la escuela de Medicina, no duda de que pueda darse en algun momento un Apocalipsis Z.
Enlace: http://trabucle.com/profesor-de-harvard-un-apocalipsis-zombie-podria-ser-posible/