Un estudio clandestino de los bioterroristas desatará el Apocalipsis Z

SINOPSIS

Un grupo de militares altamente cualificados ha sido llamado para aclarar y solucionar un sospechoso caso de bioterrorismo en Afganistán. Sus pasos llegarán hasta una ciudad del país, Qandahar, en la cual se vieron los terroristas por última vez. Sería sencillo. Entrar, sacar a los terroristas y destapar toda la trama; pero a sus espaldas el ser humano está siendo sacudido por el peor captor jamás pensado: el propio ser humano, sediento de carne humana con vida.

(V) PARTE I: Contacto

ENFERMERÍA-Centro Militar Estratégico. Kabul (Afganistán). 00.34 horas.

No se oían más que toses, ruidos de zapatos que iban de acá para allá, gente que llamaba a los sanitarios para que les atendieran lo más rápido posible, pitidos de los aparatos de la tensión… En la enfermería del centro estaba reinando el caos. Lucas llevaba ya una hora tumbado en la camilla, esperando que pasara el doctor a decirle si se podía ir o no. Desde lo pasado en el desierto con su amigo Michael, no había hablado nada, sólo exclusivamente, la preguntas de rigor que le había hecho el doctor cuando habían llegado a la enfermería. Estaba tumbado boca arriba, con el brazo apoyado sobre la frente y pensativo, muy pensativo. No hacían más que venirse una y otra vez las imágenes de Michael luchando por salir adelante, por huir de su verdugo, cuando le agarró de su mano… “Casi lo teníamos, maldita sea”, se decía una y otra vez. A lo largo de sus seis años en el ejército había visto morir mucha gente, pero nunca a uno de sus amigos. Sabía que ésas cosas eran muy normales en un trabajo como el suyo, y más en el lugar donde estaban militando; pero uno nunca se hace a la idea de la peligrosidad hasta que la vivía en sus propias carnes. Podía haber sido él; pero esta vez lo que fuera no lo quiso así. Por ello, no le paraban de rondar una y otra vez las mismas palabras: “Y si hubiera sido yo”, “Y si hubiera ido un poco antes”, “Y si hubiera tirado con más fuerza de él”… Todas eran preguntas sin respuesta, y lo único que hacían era torturarle más. Pero había algo más que rondaba por su cabeza: “¿Dónde estará el niño musulmán?”. Cuando habían llegado al vehículo 1, el niño que habían recogido y había fallecido casi en el momento, ¡no estaba! Ni siquiera preguntó, pensó que con las prisas de querer salir de la zona lo más rápido posible cayó antes de recogerle. No lo tuvo mucho en cuenta, pues tenía cosas peores en la cabeza.

Orlando había llegado, y como había estado en el coche número 2 no había necesitado pasarse por el reconocimiento médico. Estaba junto con Shu, Carlos y Chuck, que hablaban de lo sucedido con resignación. Sus caras eran un poema, y estaban hechos polvo por la pérdida de su amigo Michael. Todos saben que la muerte es el final de la vida, al igual que la fecundación es la creación de una vida; pero la vida se puede arrebatar de muchas maneras, y la de su amigo había sido pronto y muy macabra. Muchos piensan que la vida está escrita, es decir, que el final de la vida está justificado por el destino, pero el destino es una palabra que aunque parece simple y todos pueden saber qué significa, nunca nadie puede llegar a explicar con sentido quién pone la fecha del final, quién decide cuándo se llega al destino. Es bastante macabro pensar en que existe un destino sobre las cabezas de los seres humanos, que planea como la muerte con su hoz y su túnica negra, esperando llevarse la vida de los que pueblan la tierra. Independientemente del destino o lo que fuera, Michael había sido asesinado a sangre fría con muy pronta edad, con toda la vida por delante. Pero estar alistado en el ejército conllevaba muchos peligros, y no sólo en misiones de paz y en guerras, sino también en atentados y en secuestros por terroristas. En el ejército, cada bando defendía unos ideales totalmente diferentes, por ello se acontecían las guerras en el mundo, junto con que un único bando puede imperar sus órdenes sobre el otros, es decir, un solo bando puede ganar la batalla. Ello ha llevado a la especie humana a ser un arma destructiva contra su propia especie, todo debido a causas económicas, comerciales y separatistas, ya que aunque los africanos estén separados de los americanos por enormes mares y grandes kilómetros de tierra, son humanos al fin y al cabo. Estaba claro que no todo aquel que se alistaba en el ejército era para hacer la guerra, sino para impartir la paz en zonas demacradas por la guerra, o bien para ayudar a los más necesitados. Ese había sido el caso del joven soldado, Michael, que se alistó en el ejército de los Estados Unidos, debido a que era su pasión desde muy pequeño y por qué su padre le había sembrado el camino hacia el ejército contándole sus batallitas y sus éxitos. Él sabía que aunque en una misión de paz hubiera inocentes asesinados, muchos se salvarían y los “malos” serían castigados convenientemente. Su padre siempre le había dicho que la muerte de un soldado era la posibilidad de otorgar la vida a muchos civiles, a muchos niños, si éste había hecho su deber. Con esa premisa Michael había iniciado sus estudios en el ejército, y con ella acabó su trayectoria.

Lucas continuaba tumbado en la cama de la enfermería, esperando al doctor. De repente, se metió la mano en el bolsillo del pantalón y tocó la cadena de su amigo. En ese momento se tranquilizó. Un doctor abrió las cortinas y se acercó a la cama. Era un hombre moreno, con el pelo largo y con gafas de pasta. Llevaba una carpeta y un bolígrafo, y apuntaba algo en la hoja.

-Muy bien, Lucas, te puedes marchar. Los datos microbiológicos de sangre, esputos y mucosas han dado negativo, y los cultivos de virus también han dado negativo.

-De acuerdo, doc.

Lucas se incorporó, y aunque sintió un mareo supuso que fue de estar tantas horas tumbado. Atravesó la zona de las camillas, donde estaban muchos de los soldados que habían estado en el vehículo 1 junto con él. Parecía que estaban bien, como él. Muchos se estaban llendo de la enfermería. Atravesó la puerta donde ponía “BOXES”, y salió a un hall muy grande que formaba parte de la enfermería. Ese hall tenía una docena de sillas cercanas a la pared y también una mesa pequeña donde no había nadie, aunque debía de ser el lugar del recepcionista. A través del mismo se podía acceder a los quirófanos y a las consultas médicas. Le extraño mucho la poca gente que había en la zona, pero se oía un enorme jaleo, y no provenía de la zona de las camillas. Se acercó hacia la puerta del quirófano, y el jaleo iba aumentando. Cuánto más cerca estaba podía oír con mucha más firmeza toses, gritos de queja, incluso golpes. Los pequeños ventanales de la puerta metálica estaban tapados con plástico, con lo cual no pudo ver qué pasaba dentro. Intentó empujar una de las puertas para abrirla, pero no pudo, estaba cerrada. “Qué diablos está pasando…”, pensó.

-Lucas, será mejor que no insista-sonó una voz justo detrás, a pocos metros.

-Ah, teniente-dijo Lucas al girarse-. ¿Tienen pro...?

-¿Problemas?-terminó la pregunta el teniente Hopkins-. No, nada de eso, están haciendo las pruebas pertinentes. Por qué no me acompaña, tenemos que hablar-le hizo un gesto como para que siguiera hacia delante. Lucas asintió, dudoso; pero sabía que si era algo controlado no tendría problemas, el problema era que no fuera así…

Continúa...

0 comentarios:

Publicar un comentario

A los fans del género, en especial, y a todos en general...

Espero que os esté agradando la novela. Me entretiene mucho escribir, y creo que la mejor manera de ver si a uno se le da bien es haciendolo. Por ello, aquí os he puesto a vuestra disposición mi primera novela de terror, donde plasmo mi verdadera satisfacción por los zombies.
La valoración de público es lo más importante a la hora de sacar adelante un proyecto, así que lo dejo en vuestras manos. Espero que colaboreis.

Atentamente, Fer.


Un pequeño GRAN empujón...

Desde Amanecer Zombie, NEO ha tenido la grandiosa idea de hacer una entrada donde incluye a autores independientes, como mi caso y otros amigos (Plaguelanders, es un claro ejemplo), denominado "Especial Relatos Zombies V 1.0". No lo dudéis, entrar y conocer otras historias. Es una ayuda muy importante, una iniciativa que se valora pero mucho.

¡¡Gracias!!

"Sin palabras"

Un estudioso, es más, un profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, el Dr. Steven C. Schlozman de la escuela de Medicina, no duda de que pueda darse en algun momento un Apocalipsis Z.
Enlace: http://trabucle.com/profesor-de-harvard-un-apocalipsis-zombie-podria-ser-posible/