Un estudio clandestino de los bioterroristas desatará el Apocalipsis Z

SINOPSIS

Un grupo de militares altamente cualificados ha sido llamado para aclarar y solucionar un sospechoso caso de bioterrorismo en Afganistán. Sus pasos llegarán hasta una ciudad del país, Qandahar, en la cual se vieron los terroristas por última vez. Sería sencillo. Entrar, sacar a los terroristas y destapar toda la trama; pero a sus espaldas el ser humano está siendo sacudido por el peor captor jamás pensado: el propio ser humano, sediento de carne humana con vida.

(XVI)PARTE II: El Principio del Fin. Apocalipsis.

Llegada fortuita

III

Un infectado se acercaba de frente a Aston. Lo derribo con rapidez y efectividad, aunque un instante después tenía encima otros dos. Cosió a balazos la cabeza de los dos que se aproximaban. De repente aparecieron otros cuantos de entre la nube negra, entre los que iban sus soldados. Aston retrocedió y se libró de ellos con efectividad. No podía entender nada de nada, estaba hecho un manojo de nervios y un verdadero lío.

Continuó presa del miedo y el asombro, mirando a su alrededor como el mundo se desmoronaba. No podía pararlo, y por primera vez en su vida como soldado, se sentía estúpido, inmovilizado imaginariamente, de tal manera que no valía para nada. No podía pensar en esperanzas, ni siquiera pensaría en desesperanzas. Todo ese caos se había presentado tan rápidamente, que aún no había podido digerirlo.

Gritos de dolor, alaridos aterradores, pasos, miles de pasos, una columna de humo negro que se extendía por el cielo, y sangre, mucha sangre… Cuerpos sin vida adornaban el suelo del campo. Pero le aterraba ver cómo sus soldados, mutilados, despertaban de nuevo con una agresividad sin igual.

“Los muertos no vuelven a la vida, ¡maldita sea!”, se decía mirando el caos que le rodeaba.

De repente, otro infectado, un soldado suyo apareció desde atrás y le agarró del brazo. Aston reaccionó rápido y contrarrestó la fuerza. El infectado tiraba hacia sí con una fuerza descomunal; pero Aston aguantaba, apretando los dientes. Aston veía cómo el infectado le iba llevando hacia su boca, y cada vez sentía más terror al mirar las fauces descabelladas de la criatura. Entonces actuó de la mejor manera posible. Asestó una patada en la rodilla al infectado, partiendo el hueso en mil pedazos. El caníbal, profiriendo un horrendo alarido se arrodilló; pero no soltó al Cabo.

En ese momento, en el cual el infectado le apresaba con menos fuerza, Aston le propinó un rodillazo en la barbilla, haciéndolo salir disparado hacia atrás y cayendo de espaldas al suelo. Después, fulminó a su enemigo de un disparo en la cabeza.

Todo era un episodio dantesco y no podía ver bien ni distinguir quién era aliado o quién no. El humo del helicóptero estrellado le estaba cegando, y además, sus pulmones empezaban a resentirse ya que el pecho le pinzaba fuertemente. Aguantó la respiración y empezó a andar, siempre apuntando por posibles sorpresas.

Por el momento, en todo lo que llevaba recorrido no se había topado con ningún infectado. Sí habían pasado cerca, pero la nube oscura también los cegaba a ellos. Golpeó sin quererlo, algún que otro miembro amputado a mordiscos que reposaba en el suelo. Torsos con sus dueños vivos, llenos de cólera, alargaban sus brazos, intentándole coger. Era increíble, sin duda, algo que nadie creería. Pero de pronto, vio cinco siluetas que se acercaban hacia él. Aunque llevara poco tiempo las conocía muy bien. Retrocedió. Entonces vio que desde atrás se acercaban otras tantas. Se paró. Apuntó a uno de los grupos. No tenía otra opción, luchar o morir.

Se lanzó a por un grupo disparando a bocajarro, a mucha distancia. Algunas de las siluetas se frenaban y tambaleaban, retomando al instante la carrera. Mientras corría gritaba sin explicación. Tal vez gritar le ayudaba a dejar de oír el sufrimiento del mundo en el que estaba. Tal vez gritar le ayudaba a disparar mejor. No lo sabía, sólo disparaba.

De pronto, una URO llegó desde atrás y barrió uno de los grupos que atacaban al Cabo. Los cuerpos salieron disparados en todas las direcciones, algunos fueron engullidos bajo las ruedas y otros saltaron contra el capó. Aston se alarmó con el impacto y se volvió, viendo ante sí el vehículo. Tres figuras armadas saltaron del mismo y empezaron a disparar a los que se acercaban. Tras una ráfaga duradera, un soldado, provisto de su mascarilla, se paró al lado de Aston.

-Suba al vehículo, Cabo-era un hombre. Aston no reconoció su voz.

Aston corrió desorientado hasta la cabina y entró de un salto en ella. Los disparos no paraban, y cada vez los oía más de cerca. Un soldado se adentró en la cabina y apuntó al exterior. Luego entró otro, y después otro. El primero que había entrado golpeó la cabina y gritó:

-¡Ya estamos!

Tras eso, la URO empezó a moverse. Aston se meneó hacia un lado, golpeándose una y otra vez contra la pared de la cabina. Un soldado estaba parado a su lado; los otros dos apuntaban al exterior.

-No se cansan estos cabrones…-decía uno.

-A la pierna y ya verás cómo no corren más-sugirió una mujer. Después, disparó, haciendo estallar la rodilla de un infectado que cayó al suelo, quedando atrás, aunque sin disminuir su furia.

-¡Buen tiro!-le felicitaba el otro.

-Ya veo a Timmy-sonó una voz desde la cabina de conductor-. Cuando le cojamos, preparaos, tendremos mucha compañía.

La URO se aceleró de pronto, parando de golpe no muy lejos. Los tres soldados disparaban al exterior mientras Aston les miraba atónito. Reaccionó y se sumó a su acción. El polvo que el vehículo había levantado con su frenazo forzoso les dificultaba apuntar con efectividad en el blanco.

-¡Timmy!-gritó la mujer.

Un soldado se acercó hacia la cabina. En su camino fue frenado por unos infectados, con los cuales forcejeó hasta librarse. De abrir el camino se ocupaban los demás. El soldado saltó a la cabina, entrando medio cuerpo. De pronto fue cogido por detrás. Soltó un grito de dolor y golpeó el suelo de la cabina, llorando. Aston disparó y le libró de su captor. Entre todos le cogieron y le subieron. Timmy se tocaba el gemelo, que tenía un buen desgarro en la piel. Sangraba como un cerdo y lloraba, mordiéndose los labios.

-¡Vamos!-gritó unos de los soldados.

La URO avanzó con un fuerte acelerón. Todos se vieron sacudidos con agresividad, cayendo al suelo. Mientras, algunos infectados se habían colgado y estaban subiendo en la cabina de atrás. Aston, al verlos se incorporó con el cuerpo dolorido y se acercó hasta ellos. Golpeó a uno en la cara y cayó rodando, dejando en la cabina parte de la estructura dentaria. Otro se lo quitaron de encima a balazos. En principio no tenían ningún colgado más.

Atravesaron la puerta de salida del Centro Militar y continuaron a más de cien kilómetros por hora, perseguidos por los incansables infectados, que soltaban gritos que incluso llegaban a parecerles palabras inentendibles, pero al fin y al cabo, palabras.

Continuará...

2 comentarios:

irakolvenik dijo...

Me da que a Timmy no le queda mucho para intentar darle un bocado a sus compañeros...

Fer dijo...

Puede ser... Más propuestas, por favor.
Un saludo, irako!!

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A los fans del género, en especial, y a todos en general...

Espero que os esté agradando la novela. Me entretiene mucho escribir, y creo que la mejor manera de ver si a uno se le da bien es haciendolo. Por ello, aquí os he puesto a vuestra disposición mi primera novela de terror, donde plasmo mi verdadera satisfacción por los zombies.
La valoración de público es lo más importante a la hora de sacar adelante un proyecto, así que lo dejo en vuestras manos. Espero que colaboreis.

Atentamente, Fer.


Un pequeño GRAN empujón...

Desde Amanecer Zombie, NEO ha tenido la grandiosa idea de hacer una entrada donde incluye a autores independientes, como mi caso y otros amigos (Plaguelanders, es un claro ejemplo), denominado "Especial Relatos Zombies V 1.0". No lo dudéis, entrar y conocer otras historias. Es una ayuda muy importante, una iniciativa que se valora pero mucho.

¡¡Gracias!!

"Sin palabras"

Un estudioso, es más, un profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, el Dr. Steven C. Schlozman de la escuela de Medicina, no duda de que pueda darse en algun momento un Apocalipsis Z.
Enlace: http://trabucle.com/profesor-de-harvard-un-apocalipsis-zombie-podria-ser-posible/