Un estudio clandestino de los bioterroristas desatará el Apocalipsis Z

SINOPSIS

Un grupo de militares altamente cualificados ha sido llamado para aclarar y solucionar un sospechoso caso de bioterrorismo en Afganistán. Sus pasos llegarán hasta una ciudad del país, Qandahar, en la cual se vieron los terroristas por última vez. Sería sencillo. Entrar, sacar a los terroristas y destapar toda la trama; pero a sus espaldas el ser humano está siendo sacudido por el peor captor jamás pensado: el propio ser humano, sediento de carne humana con vida.

(XVII) PARTE II: El Principio del Fin. Apocalipsis.

Llegada fortuita

IV

Aston y el resto miraban por la cabina la columna de humo que se alzaba sobre el cielo, tintándolo de un negro carbón que impedía que el sol brillase con la fuerza que le correspondía. Las llamaradas del Super Stallion carbonizado eran las creadoras de la nube tóxica, y allí reposaban los restos del aparato, entre amasijos de metal, escombros y restos humanos carbonizados. Incluso la capa de humo iba borrando de la visión el centro, que iba quedando más lejano; pero los infectados continuaban su marcha tras la camioneta, sin apreciarse cansancio en sus acciones. Corrían alocados, profiriendo alaridos estremecedores y meneando los brazos en todas direcciones. Esa era su conducta, una conducta bastante simple, aunque aterradora.

-Señor-dijo la chica desde detrás de Aston, que observaba, atónito, los seres que les perseguían.

-¿Qué quiere?-susurró, derrumbado.

-¿Qué está pasando?

Aston no contestó nada. En la cabina quedaban los sonidos que emitía Timmy al quejarse por el mordisco que tenía en el gemelo. También les llegaba el continuo sonido de la arena siendo pisada por toneladas de hierro y los infectados soltando sus horripilantes alaridos. Nadie tenía respuestas para lo que ocurría, nadie podía contestar nada mejor que con el silencio.

-El científico ese debe saber algo-sugirió uno de los soldados mientras se quitaba la molesta máscara anti-gas.

Era Lobo, uno de los veteranos del grupo de Fellon. Tenía veintisiete años y seguía muy de cerca los pasos del Cabo. Era castaño, de ojos marrones, excesivamente musculoso y con unos paletos que delataban su belleza física. A su lado se descubrió Caitlin, una joven soldado de veintitrés años, con una brillante carrera profesional. Era muy bajita, pero ágil. Sin duda era un buen fichaje. El otro soldado que estaba junto a Timmy era Kyle, un canadiense que vivía en Texas actualmente, y que no destacaba por su buena trayectoria. Aston, que a veces era considerado el buscador de las almas perdidas, acogió al joven soldado entre sus filas con el fin de inculcarle unos métodos y saberes que cualquier soldado debe conocer y enmendar. A pesar de ello, el joven seguía siendo tan arrogante y poco colaborador como siempre.

-J.D. está conduciendo-le dijo Caitlin al Cabo.

-De acuerdo-asintió Aston, que volvía a comportarse como un líder.

Aston se acercó al otro extremo de la cabina, muy cerca de la cabina del conductor. Al otro lado oía la voz de J.D. que hacía preguntas sin dejar espacio para contestar. Se las estaría formulando al científico del que Caitlin había hablado.

-J.D., ¿qué tenemos?-preguntó Aston, alzando la voz por encima de todo el estruendo.

-La cosa no pinta bien… Tenemos combustible como para unos cien kilómetros más, esos cabrones no se cansan y aún nos persiguen, y nuestro querido Einstein no suelta prenda, está en shock.

-De puta madre…-susurró Aston, apoyado sobre la pared de la cabina, cabizbajo.
Caitlin y Lobo se habían acercado al Cabo, esperando escuchar alguna solución; pero se encontraron con un amargo silencio.

-Yo creo, señor, si no es atrevimiento, que podríamos ir a algún punto seguro más cercano antes de que anochezca. Allí ya veremos a ver qué hacemos, y cómo le sacamos algo de información al científico-dijo Lobo.

-No sé cuál es el punto seguro, ni siquiera sabemos si han habilitado puntos seguros-respondió Aston-. No recuerdo qué lugares más estaban afectados, no lo recuerdo-se golpeó la cabeza, ofuscado.

-Yo recuerdo que se estaba extendiendo al norte desde Qandahar. Tal vez Kabul aún no esté afectado, y allí se estén llevando a cabo las maniobras de rescate-propuso Caitlin-. Creo que es lo que mejor nos conviene, por lo menos antes del anochecer. No me imagino quedarme tirada en medio de la noche con esos locos pisándome los talones-se estremeció al recordar las escalofriantes imágenes que había visto hace unos minutos.

De repente, oyeron un fuerte grito de auxilio a sus espaldas, que empezó a alejarse. Cuando todos se giraron, vieron a Kyle en la apertura de la cabina y echaron en falta a Timmy. Se acercaron corriendo y vieron cómo el soldado herido rodaba por la arena, dando botes a la vez que sus extremidades se movían descoordinadas. Cuando paró de rodar por el suelo fue cazado por la manada de infectados que corría tras la URO, los cuales empezaron a devorarle.

Caitlin permanecía, paralizada, mirando como su amigo era despedazado. Lobo disparaba, llamándole insistentemente, aunque la lejanía ya apenas permitía que las balas llegaran. Aston corrió para avisar a J.D. que parase el vehículo, aunque fue parado bruscamente por Kyle, quien le miraba, desafiante.

-No dejaré que lo haga-le dijo.

-¿Cómo dice, soldado?-gritó Aston. El Cabo intentó esquivarle por ambos lados y se vio cerrado, se empezó a sentir imbécil e insultado. Sin poder detenerse a sí mismo, asestó un fuerte puñetazo al soldado.

Del golpe, unas cuantas gotas de sangre saltaron en la misma dirección hacia la que se dirigió su cara tras el impacto. Tumbado sobre el suelo y doliéndose, Kyle se fue incorporando mientras escupía un par de piezas dentales. Antes de levantarse del todo, Aston le agarró del cuello y le levantó por completo. Con todas sus fuerzas, Aston lanzó al soldado contra la pared de la cabina y le lanzó una mirada fulminante. Seguidamente se acercó a ordenar parar la URO a J.D. Pero entonces, seguido de un grito enfurecido, Kyle se lanzó sobre Aston y le derribó al suelo.

-¡Estaba convirtiéndose en uno de esos caníbales! ¡Era un peligro!-le gritaba mientras escupía sangre.

Aston, enfurecido, se levantó y se abalanzó contra él. Kyle, defendiéndose, le asestó un puñetazo en el estómago que dejó al Cabo sin respiración unos instantes, permaneciendo en posición retraída sobre su pecho. En esos instantes, Caitlin y Lobo se acercaron y cada uno agarró a los combatientes. Cuando Aston se recuperó, pretendía lanzarse de nuevo a por Kyle, aunque Lobo se lo impidió, agarrándole con fuerza del tronco. Aston propinaba fuertes zarandeos a Lobo, quien aguantaba estoicamente, escuchando muy cerca de su oído los enfurecidos gritos del Cabo:

-¡Hijo de puta, te juro que estás acabado! ¡Te voy a someter a un consejo de guerra por desobedecer y atacar a un superior, y es más, por matar a un compañero! ¡Estás acabado, cabrón!

-¡Haz lo que te salga del culo, siempre me has parecido un líder de pacotilla!-echaba más leña al fuego el soldado.

Aston estaba cada vez más furioso y deseaba agarrarle y coserle a golpes hasta dejarlo inconsciente. Sentía una furia por dentro fruto de su absurda inocencia, ya que pensó que podía hacer cambiar a ese joven con problemas. Estaba desatado, y aunque oía las blasfemias que soltaba por su boca envenenada, no podía parar lo que su mente le arrojaba a hacer. Le daban igual si eran palabras ofensivas o no lo eran, sólo le importaba que Kyle moviera los labios dirigiéndose a él con gestos de chulería que le remataban. A Aston le daba igual que Lobo estuviera siendo sacudido por los gestos iracundos que estaba liberando, le daba igual todo lo de su alrededor; lo único de interés para él era fustigar al que era su soldado raso. Lobo, sin apenas poder aguantar más las sacudidas de Aston, le empujó haciéndole retroceder varios pasos hacia detrás. Ambos se miraron fijamente. Los ojos de Aston estaban perdidos y su expresión facial estaba contraída en ira profunda.
Entonces, la URO empezó a aminorar la marcha. Tras unos segundos en que todos estaban desorientados por lo que estaba sucediendo, la voz de J.D. resonó desde la cabina del conductor:

-¡Chicos, Kabul está ardiendo!

Continúa...

6 comentarios:

angel dijo...

noooo,el grupo se desorganiza,no tienen a donde ir,parece que en 3 0 4 entradas mas y ya no estaran...o me equivoco?

Fer dijo...

Pasarán cosas, cosas peores de las que os imagináis... Calma que llegará, aunque ahora en las siguientes entradas vuelvo con los militares Lucas y demás. Espero que disfutes. Gracias!!!

Gabriel dijo...

Vaya, tremendo blog, me suscribo ^^.

Si te gusta toda ésta temática creo que podría interesarte mi blog también, tiene una temática similar al tuyo:

http://porcapitulosscifi.blogspot.com/

Un saludo, continúo leyendote ^^.

Fer dijo...

Bienvenido Gabriel, ya he echado un vistado a tu blog y me gusta!! Espero que el mío te guste!!!
Te sigo, un saludo!!

XxXnachoXxX dijo...

publica el siguiente morire si no lo leo!!!! nooon me dejaste con la emocion!!!!! demasiado buena tu historia!!

Samuel dijo...

coño ese aston es tremendo todo un exterminador de zombies llevo leyendote desde hace tiempo pero apenas estoy empezando a comentar que buena tu historia un saludo!!! como dices tu a final de tus comentarios xD

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A los fans del género, en especial, y a todos en general...

Espero que os esté agradando la novela. Me entretiene mucho escribir, y creo que la mejor manera de ver si a uno se le da bien es haciendolo. Por ello, aquí os he puesto a vuestra disposición mi primera novela de terror, donde plasmo mi verdadera satisfacción por los zombies.
La valoración de público es lo más importante a la hora de sacar adelante un proyecto, así que lo dejo en vuestras manos. Espero que colaboreis.

Atentamente, Fer.


Un pequeño GRAN empujón...

Desde Amanecer Zombie, NEO ha tenido la grandiosa idea de hacer una entrada donde incluye a autores independientes, como mi caso y otros amigos (Plaguelanders, es un claro ejemplo), denominado "Especial Relatos Zombies V 1.0". No lo dudéis, entrar y conocer otras historias. Es una ayuda muy importante, una iniciativa que se valora pero mucho.

¡¡Gracias!!

"Sin palabras"

Un estudioso, es más, un profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, el Dr. Steven C. Schlozman de la escuela de Medicina, no duda de que pueda darse en algun momento un Apocalipsis Z.
Enlace: http://trabucle.com/profesor-de-harvard-un-apocalipsis-zombie-podria-ser-posible/