Un estudio clandestino de los bioterroristas desatará el Apocalipsis Z

SINOPSIS

Un grupo de militares altamente cualificados ha sido llamado para aclarar y solucionar un sospechoso caso de bioterrorismo en Afganistán. Sus pasos llegarán hasta una ciudad del país, Qandahar, en la cual se vieron los terroristas por última vez. Sería sencillo. Entrar, sacar a los terroristas y destapar toda la trama; pero a sus espaldas el ser humano está siendo sacudido por el peor captor jamás pensado: el propio ser humano, sediento de carne humana con vida.

(VII) PARTE I: Contacto

PASILLOS-Centro Militar Estratégico. Kabul (Afganistán). 01.20 horas.

Lucas andaba a toda prisa hacia su habitación, furioso, desatado. No sabía qué hacer con lo que tenía dentro, tenía ganas de destrozar algo de un puñetazo, ¿o tal vez llorar? Llorar era algo que en el sitio en el que estaba no se admitía por un amigo, y si no, te podían tachar de todo: nena, maricona… Y así hasta que se les acabaran los insultos. Por ello, se guardó las lágrimas y acrecentó la rabia que tenía por dentro. La furia le cegaba por completo, tanto que no recordaba nada más que la imagen de su amigo Michael con el cráneo agujereado.

“Esto no va a quedar así. No.”, pensó y aceleró más hacia su habitación.

A unos quinientos metros Shu y Orlando caminaban por el pasillo. Iban charlando casi susurrando debido a las horas que eran. Habían estado charlando horas desde que llegaron de la misión. De cómo había ocurrido, cómo habían acabado con la vida de su compañero. Ninguno daba crédito, ya que nadie les había informado de que fueran a una zona de terroristas. Estaban indignados.

Orlando, el mexicano, a pesar de su edad, era un especialista en el tiro a distancia. Ya desde bien pequeño había estado practicando con su abuelo a disparar a latas. En esos tiempos vivía en Ciudad de México, El Distrito Federal, capital de los Estados Unidos Mexicanos, y sede de los poderes federales de la Unión. La Ciudad de México es el centro político y económico del país y es, a su vez, la tercer metrópoli más poblada del mundo, sólo después de Tokio (Japón) y São Paulo (Brasil) y en cuanto a extensión es la tercera de la misma manera que por población. De hecho, es la ciudad más rica y poblada, con unos ocho millones de habitantes en 2005. Todo el masivo crecimiento demográfico conllevó a incluir pequeños poblados de los alrededores, pobres, en la octava potencia más rica del mundo. El abuelo de Orlando le contaba cómo se vivía antes de formar parte de ciudad de México: “antes vivíamos de la cosecha, todo el pueblo, con excepción de las casas era campo, campo que cuidábamos para poder comer. También nos dedicábamos a la ganadería. Las mujeres tenían el oficio de ir a buscar agua a las fuentes. Ahora, hijo-le decía acariciándole la nuca-, las cosas han cambiado…, a mejor”. Orlando recordaba toda su infancia, o casi toda. También recordaba la única vez que estuvo enamorado. Tenía trece años, y Clarita, una joven de su misma edad, morena, con una cara extremadamente dulce y bella, le había robado el corazón. La conocía desde bien pequeños; pero a medida que se llega a la pubertad, el descontrol hormonal lleva a lo que a él le sucedía. Tuvieron un romance, muy bonito, pero por circunstancias de la vida, Clarita desapareció de sus días. Su padre era banquero, y le había salido un puesto de trabajo en un banco de prestigio de Nueva York, y ella se fue… Aún recuerda cómo su corazón se partía en mil pedazos cuando Clarita se alejaba en el coche, y se despedía mirándole por la ventana trasera. Jamás volvió a amar, y esperó poder encontrar a Clarita de nuevo en Nueva York, donde se había alojado hace unos meses.

Shu era una mujer muy guapa, muy sexy, pero nadie se podía comparar con Clarita. Orlando era uno de los hombres solteros del grupo que menos se había masturbado con la asiática. Siempre en su cabeza imperaba la imagen de Clarita. Nada se la podía quitar de la cabeza…, y del corazón.

-Mañana te veo-le dijo Orlando.

-Que descanses.

Orlando siguió hacia delante. Shu se quedó en la habitación de la derecha, la suya. Justo cuando entró, la desesperanza la envolvió casi sin dejarla respirar. Se sentó en la cama y un crujir de los muelles entonó en la habitación. Agarró un marco que tenía en la mesita. En la foto aparecía ella y un hombre asiático, vigoroso, de amplias espaldas y marcados músculos, agarrándola de la cintura. Era Yoishi, su marido. Parecían muy felices, extremadamente felices, tanto que nunca en su vida Shu había tenido una sonrisa tan amplia como ese día. Todo tenía una explicación. La foto tenía un año, y justamente ese día se habían enterado de que iban a ser papás. Después de muchos intentos fallidos, llegó la bendición de traer a un hijo al mundo. Sacó la foto y detrás había otra, más pequeña, de fondo negro. Apenas se podía ver una mancha azulada de forma irreconocible a distancia, bañada por un mundo negro de puntos. Cabizbaja, observó la foto de cerca. Gotas. Lágrimas. Una lágrima cayó sobre la fotografía y baño casi en su totalidad la diminuta mancha azulada. Se acostó sobre la incómoda cama, aguardando entre sus manos la fotografía. La almohada estaba empapándose; pero eso no importaba, notaba al que podía haber sido su hijo entre sus manos. La tristeza inundó su mente. La habitación se quedó en penumbra bajo el llanto de la joven asiática.

Continúa...

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A los fans del género, en especial, y a todos en general...

Espero que os esté agradando la novela. Me entretiene mucho escribir, y creo que la mejor manera de ver si a uno se le da bien es haciendolo. Por ello, aquí os he puesto a vuestra disposición mi primera novela de terror, donde plasmo mi verdadera satisfacción por los zombies.
La valoración de público es lo más importante a la hora de sacar adelante un proyecto, así que lo dejo en vuestras manos. Espero que colaboreis.

Atentamente, Fer.


Un pequeño GRAN empujón...

Desde Amanecer Zombie, NEO ha tenido la grandiosa idea de hacer una entrada donde incluye a autores independientes, como mi caso y otros amigos (Plaguelanders, es un claro ejemplo), denominado "Especial Relatos Zombies V 1.0". No lo dudéis, entrar y conocer otras historias. Es una ayuda muy importante, una iniciativa que se valora pero mucho.

¡¡Gracias!!

"Sin palabras"

Un estudioso, es más, un profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, el Dr. Steven C. Schlozman de la escuela de Medicina, no duda de que pueda darse en algun momento un Apocalipsis Z.
Enlace: http://trabucle.com/profesor-de-harvard-un-apocalipsis-zombie-podria-ser-posible/